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Faber est suae quisque fortunae

La iconografía budista

El término "Buda" se refiere a un ser que ha alcanzado la iluminación y ha sido liberado del ciclo del volver a nacer y renacer a través de su propia profundización del Dharma. Así pues no hay un solo Buda, sino que cualquiera puede llegar a ese estado. El propio Buda Gautama (Ṥakyamuni), nacido como el príncipe Sidharta, en el siglo VI a.C., de la noble dinastía Ṥakya, declaró que antes de él había habido otros seis "Budas humanos": Vipasyin, Sikhin, Vishvabhuja, Krakuechanda, Kanakamuni y Kasyapa. Además existe un Buda futuro, llamado Maitreya, revelador de las enseñanzas del mundo que vendrá tras cinco mil años después de Gautama.

Hay también la figura del Bodhisattva, que es un ser que ha logrado total o parcialmente el estado de iluminación, pero que no trasciende al estado de Buda, porque no persigue la iluminación solo para él, sino también para todas las criaturas vivientes, ayudándolas a que lo consigan.

Izq.: Buda Ṥakyamuni, 1736-86, cobre dorado, Dinastía Qing, Tibet, Victoria and Albert Museum, Londres

Drcha.: Capilla de Maitreya Buda, siglo XVI, Gyantse Kumbum, Monasterio de Pelkor Chöde, Tibet.

Hay diez estadios (bhumi) en el desarrollo espiritual del Bodhisattva. En el séptimo estadio se convierte en trascendente o Mahāsattva. En un ser que ha conseguido la liberación del ciclo de volver a nacer y renacer, pero aún no de una liberación total. La compasión (karuṇā) a todos los seres lleva al Mahāsattva a permanecer voluntariamente en el mundo para ayudar a la liberación de todos ellos. Los Bodhisattvas Trascendentales ya no están sujetos nunca más a las fuerzas de ninguna ley natural. Ellos son capaces de asumir cualquier forma que deseen, para estar en varios sitios a la vez, y moverse a la velocidad del pensamiento. Satisfacen el papel de intermediarios del Saṃsāra (el mundo existente de la ilusión y el sufrimiento) y el Nirvāṇa (el estado de calma, de éxtasis sin emociones), siendo al mismo tiempo el ideal de identificación y objeto de veneración.

Izq.: Avalokiteshvara, pintura mural, Gompa de Pisang, Nepal

Drcha.: Bodhisattva Mañjuṡrī y su Shakti, siglo XVIII, bronce dorado, Nepal, Museo Príncipe de Gales, Mumbai

El Bodhisattva más popular y representado es, sin lugar a dudas, Avalokiteṥvara. En Nepal hay 108 manifestaciones de él. En Tíbet, cada vuelta de la rueda del rezo, o cada mantra (Om Mani Padme Hum) es devoto de Avalokiteṥvara como salvador en la desgracia y libertador de la carga kármica. Algunas veces es visto como Lokeṥvara, derivado del dios hindú, Ṥiva. Después de Avalokiteṥvara, el Bodhisattva más popular es Mañjuṡrī.

Mañjuṡrī es a veces considerado el más viejo Bodhisattva. En Nepal es visto como el fundador de la cultura nepalí, en el Tíbet se le reza cada mañana para desterrar la oscuridad. Es el Señor de la Sabiduría, quien inspira a todo el mundo y extiende las enseñanzas de Buda. En su mano derecha (el lado masculino) sostiene la espada llameante que destruye la ignorancia; en la izquierda (el lado femenino) sostiene el libro de la sabiduría trascendental, generalmente sobre la flor de loto.

Otro Bodhisattva muy representado es Vajrapani, como compañero de Buda. Se le suele mostrar a la izquierda del maestro.

Izq.: Vajrapani, Gompa de Bodhnath, Kathmandu, Nepal

Drcha.: Capilla de Padmasambhava, siglo XVII, Gyantse Kumbum, Monasterio de Pelkor Chöde, Tibet.

Los ocho Dharmapalas en un principio eran hostiles demonios pero fueron amaestrados por Padmasambhava, monje invitado por el rey Sogtsen Gampo del Tíbet para restaurar el budismo en su país. Poseía un profundo conocimiento del Tántra y había desarrollado extraordinariamente los dones sobrenaturales, por lo cual luchó contra los demonios (dioses de la religión Bön) y alcanzó el éxito, obligando a cada uno de los demonios (ahora Dharmapalas) a usar sus poderes en beneficio del budismo. Los principales Dharmapalas son:

- Yamantaka, conquistador del demonio de la muerte, Yama. Aparece en diferentes manifestaciones con una cabeza de toro y un vajra en su cabello. También se puede aparecer con 9 cabezas, 34 brazos y 16 piernas, en este caso es conocido como Vajrabhairava y es visto como la colérica manifestación de Mañjuṡrī.

- Yama, después de ser derrotado por Yamantaka, es el que decide a qué reino del ciclo de volver a nacer y renacer irá el difunto, dependiendo del karma. Es tan importante que se le ha dado el título de Dharmarāja (el rey del Dharma). Se le ve con frecuencia con cabeza de búfalo, aunque sin vajra.

- Beg-ts'e, fue el dios tibetano de la guerra antes de llegar a convertirse en Dharmapala.

Izq.: Dharmapala Yama, siglo XVIII, Tanka tibetana de seda bordada, British Museum, Londres

Drcha.: Dharmapala Mahākala (el Gran Negro), famoso gran relieve en una calle de Kathmandu, Nepal

- Mahākala, aparece en multitud de formas, algunas derivan de antiguos dioses hindúes y tibetanos. La manifestación más importante es la de "el Gran Negro", que deriva del dios hindú Ṥiva. Se le representa en muchas ocasiones con un tridente.

- Hayagriva, es el más fácil de identificar por la cabeza de caballo y su pelo. Proviene del hinduismo donde fue una de las manifestaciones del dios Viṣṇu. Es el guardián de los textos sagrados y quien asusta a sus enemigos con su silbido.

- Devī Lhamo, es el único Dharmapala femenino y el más temeroso. Es la forma budista de la diosa hindú Kālī, diosa de la destrucción. Lhamo trae la muerte y la destrucción a los enemigos del Dharma. Se la representa con una corona de cabezas humanas y una piel humana envuelta sobre sus hombros, el sol en su ombligo y la luna en su pelo, montando un burro blanco, las riendas son culebras venenosas, lleva un saco de enfermedades colgando de su silla de montar y en la mano sostiene una calavera llena de sangre.

Dentro del Budismo hay dos personajes totalmente diferentes derivados del dios veda de la lluvia y el trueno, Indra. Ambos tienen el mismo nombre, uno es el Bodhisattva Vajrapani, y el otro es Vajrapani, que suele ser visto como el guardián de la secreta ley tántrica. Es identificado por las serpientes (Nāgas) bajo sus pies que son el símbolo del agua y la fertilidad, y además lleva una aureola de fuego.

Estas son algunas de las más importantes representaciones dentro del Budismo, pero existen multitud de manifestaciones que son reverenciadas dentro de esta corriente religiosa, que desde aquí no se pueden abarcar.

Bibliografía

Rudy Jansen, Eva., El pequeño manual de Buda, Ed. Binkey Kok, Diever, 1990.

Majupuria, Chandra, Gods, Goddesses & Religious symbols of Hinduism, Buddhism and Tantrism, Kathmandu, 2005.

Artículo publicado en Junio de 2017 en la Revista Digital "Qué Aprendemos Hoy".

© Ramón Muñoz López