Artículos de Arte

Faber est suae quisque fortunae

La Escultura medieval en India

La India no ha estado políticamente unificada hasta el siglo XIX, bajo el poder colonial inglés. Por tanto, en el periodo medieval, un gran número de reinos florecieron en el Norte de la India, en Orissa, Rajasthan y Gujarat, lo mismo que en la India Central en la región que ahora comprende los estados de Uttar Pradesh y Madhya Pradesh. Así mismo, los estilos artísticos, en tanto, variaban de un lugar a otro, si bien tenían en común que derivaban de una misma raíz, el arte Gupta, haciéndose ahora más prominentes los adornos y contornos que el volumen.

Los contornos sinuosos y las superficies ricamente ornamentadas se alejan de las superficies planas de la era Gupta como en la maravillosa figura de la bailarina en la escultura "Danza celestial", del The Metropolitan Museum of Art, y ejemplifican este cambio de estilo. El artista ha compuesto en ella un giro en una pose extraordinaria , casi imposible, que captura la esencia de su movimiento. La joyería elaborada y esculpida en la figura enfatiza su danza, tanto en la forma en que las guirnaldas y las cadenas siguen los contornos de su cuerpo, como el empuje hacia arriba de los elementos que componen su corona, el collar oscilante y las borlas alrededor de su cintura amplifican la impresión de movimiento rítmico y danzante dando verosimilitud al cuerpo abstracto que el artista nos presenta. Esta figura del siglo XII adornaba un templo hindú del norte, en el estado de Uttar Pradesh. Ella representa a uno de los muchos asistentes celestiales o semidivinos, bailando con reverencia para la deidad principal del templo, pues algunos templos mantenían una cantidad apreciable de mujeres que bailaban ante el Dios para agradarle.

Izq.: Danza Celestial, principios del siglo XII, Piedra arenisca, India, The Metropolitan Museum of Art, New York

Drcha.: Mithuna, siglo XIII, Dinastía Ganga, Orissa, India, The Metropolitan Museum of Art, New York

El templo en India a menudo se concibió como el centro del eje del mundo, como si fuese la montaña habitada por un dios (de ahí su forma frecuentemente). Los rituales comenzaban con una circunvalación del mismo (caminando por el exterior en sentido contrario a las agujas del reloj) y luego contemplando su pequeño santuario interior. El exterior del templo estaba generalmente cubierto con cientos de relieves. Algunos de ellos representaban los aspectos del dios que había dentro o deidades relacionadas con él; otros relieves representaban habitantes mitológicos de la naturaleza (asuras), genios y espíritus de los árboles (yakshas y yakshinis).

Desde tiempos inmemoriales, las representaciones icónicas de deidades y figuras sagradas se vieron aumentadas por imágenes auspiciosas, como bellas mujeres, músicos y parejas amorosas (mithunas) como ésta del siglo XIII que aquí se presenta, del The Metropolitan Museum of Art, encontrada en la fachada de un templo. Las figuras, de esta pareja enjoyada, se abrazan mientras se miran con entusiasmo a los ojos. Sus cuerpos enteros y rasgos amplios y detallados, son característicos de las esculturas arquitectónicas producidas en Orissa, una región del noreste de la India que se distinguió por sus templos, particularmente los construidos entre los siglos X al XIII, a menudo cubiertos por figuras sorprendentemente acrobáticas y poses eróticas. Las parejas de amantes, como ésta que se presenta, tienen múltiples significados, que van desde una celebración obvia de los placeres de la vida hasta el simbolismo más metafórico del anhelo del alma humana por la unión con lo divino.

Figuras del Templo Kandariya Mahadeva, hacia 1025, Fachada Sur, Kajurāho, India

El ejemplo más evidente de estas esculturas medievales en las fachadas de los templos, lo tenemos en Kajurāho, donde ocupan masivamente todos los rincones exteriores de la arquitectura de los mismos con unas poses tan eróticas como acrobáticas (Ver el anterior artículo dedicado a Los Templos de Kajurāho).

Bibliografía

Kossak, S., The Metropolitan Museum of Art Bulletin, Spring 1994, New York

Artículo publicado en Octubre de 2018 en la Revista Digital "Qué Aprendemos Hoy".

© Ramón Muñoz López