Artículos de Arte
Faber est suae quisque fortunae
El Templo de Durgā en Aihole
Aryapura, la actual
Aihole, en el estado de Karnataka (India), fue la primera capital de la Dinastía
Cālukya en el siglo IV, y así se mantuvo hasta el siglo VI, cuando el rey
Pulaskeshin I, que reinó del 543 al 566, cambió la capital a Vatapi, actual
Badami. Los templos que quedaron, unos treinta, son de los más antiguos de
arquitectura elevada que hay en India, pues templos anteriores a estas fechas
son todos rupestres. En estos templos se manifiestan las características
fundamentales de los dos principales estilos arquitectónicos religiosos: el del
Norte, conocido como nagara, y el del Sur, llamado dravídico.
El templo de Durgā, en Aihole, se fecha en el primer cuarto del siglo VIII, y mezcla el estilo arquitectónico que es predominantemente drávida, con rasgos de estilo nagara. El nombre no se debe a la diosa Durgā, sino a una fortaleza o un recinto amurallado que rodeaba el templo, probablemente de los gobernadores de la dinastía Maratha. En origen está dedicado a Vişņu o a Śiva, ya que las representaciones de uno y de otro son igual de abundantes.
Planta del Templo de Durgā en Aihole, Karnataka, India
Izq.: Fachada frontal del Templo de Durgā en Aihole, Karnataka, India
Drcha.: Fachada trasera del Templo de Durgā en Aihole, Karnataka, India
Mientras que los templos acabados en ábside están invariablemente coronados por un tejado cilíndrico, el que nos ocupa está techado a la manera plana del estilo Cālukya, pues sobre el lugar sagrado o garbhagrha se alza una estructura en forma de torre, que anticipa el tradicional śikhara de la arquitectura nagara, lo que constituye un rasgo único, aunque en este caso desprovisto de amalaka, el elemento terminal que toma la forma de gajos desgajados.
Izq.: Representación de Durgā, Templo de Durgā en Aihole, Karnataka, India
Drcha.: Representación de Śiva, Templo de Durgā en Aihole, Karnataka, India
Con su escultura extraordinariamente rica, entre la que se incluye una puerta soberbia y frisos narrativos, el templo de Durgā es el más espléndido, así como el más grande, de todos los templos de la "primera generación" de la dinastía Cālukya. Los restos de su gopura (puerta de entrada) indican que era la más grande que se conoce de fecha tan antigua.
La diosa Durgā es adorada como la fuerza de la naturaleza dadora de vida, y al mismo tiempo, como la fuerza destructora. Exige completo sometimiento de sus seguidores. Solo el más grande de los sacrificios, el humano (en épocas muy tempranas), después desplazado por el de animales, puede mover a la diosa a que se haga efectivo su aspecto dador de vida. Su tendencia destructora se revela cuando está enojada o cuando su aspecto destructivo sea necesario para conservar la vida. En los cultos śivaítas, Durgā es la Śakti de Śiva, aunque los seguidores de Vişņu ven en ella una hermana de éste. Así pues, Durgā se pone en relación con las dos deidades principales de la Trimūrti hinduista. Se la suele representar con su montura que es el león, (a veces también lo es el tigre o un ser fabuloso) y pisando al demonio-búfalo, al cual derrotó porque amenazaba con aniquilar el mundo.
Bibliografía
Albanese M., India Antigua, Ed. Folio, Barcelona, 2001
Harle J.C., Arte y Arquitectura en el Subcontinente Indio, Ed. Cátedra, Madrid, 1992
Artículo publicado en Junio de 2019 en la Revista Digital "Qué Aprendemos Hoy".
© Ramón Muñoz López