Artículos de Arte
Faber est suae quisque fortunae
El Tapiz de la Creación
Es una obra textil realizada hacia el año 1100, y por tanto del medievo, que se encuentra en el Museo de la Catedral de Girona. Realizada mediante la técnica del bordado, sus dimensiones son 4,15 x 3,65 m., la autoría es desconocida, pero es probable que se tratara de artistas locales, quizá del monasterio femenino de San Daniel y todo apunta que fue un encargo para la Catedral.
Esta pieza textil está incompleta pues falta una parte y se cree que en su día era más ambiciosa tanto en tamaño como en la complejidad de su programa iconográfico. El cuál, se presenta a continuación junto a un esquema del tapiz:
La parte que ha sobrevivido y que hoy permanece conservada en el Museo de la Catedral recoge un programa iconográfico suficientemente coherente como para permitir extraer el mensaje unitario del conjunto. El tapiz está formado por tres ciclos temáticos impregnados de influencias clásicas y que combinan fuentes bíblicas, cosmográficas e históricas, por lo que la cercanía de la biblioteca del monasterio de Ripoll es clave para la interpretación del bordado: allí se encontrarían las fuentes que justificarían el carácter arcaico de la iconografía del tapiz, por ser el monasterio gerundense centro de la cultura alto medieval, con fuertes raíces en el mundo clásico, carolingio y bizantino de la Cataluña de principios del siglo XII.
La parte central, en una organización que recuerda a una cúpula bizantina, tenemos los episodios del Génesis relativos a la Creación que envuelven a un imberbe Pantocrátor, que forma parte de la herencia oriental por su juvenil aspecto. A esta parte central habría que añadir, por formar parte iconográficamente del mismo ciclo, los ríos del Paraíso, situados en las cuatro esquinas del tapiz. En las esquinas de la parte central y separado por una cenefa con un texto en latín: In principio creavit Deus celum et terram mare et Omnia quae in eis sunt et vidit Deus cuncta quae fecerat et erant valde bona ("En el principio creó Dios el cielo y la tierra el mar y todas las cosas que había en ella y vio Dios que todas las cosas que había hecho eran muy buenas"), tenemos la representación de los cuatro vientos. En los cuadros que rodean exteriormente el tapiz, a modo de cenefa, se encuentra el ciclo de los meses del año (20, 21, 22, 23, 25), representados por los trabajos que se realizan en cada uno de ellos (en alusión al castigo que Dios impuso a Adán por morder de la fruta del árbol del Bien y del Mal), y las estaciones (12, 13, 14, 15), además de dos escenas bíblicas de Caín (17) y Abel (16) y la personificación, muy clásica, del Sol montado en una cuadriga (19). Por último, en la parte baja encontramos la historia de Santa Elena y el hallazgo de la Verdadera Cruz, que remite a los relieves históricos romanos por su carácter narrativo y la ausencia de separación entre las escenas.
En el centro (1) se encuentra la representación del Pantocrátor, alrededor del cual se sitúan los diferentes episodios del Génesis en torno a la creación del universo. Sobre esta imagen, una escena con Dios en forma de paloma (3) dentro de un círculo azul sobre las ondas de las aguas: "Dios aleteaba por encima de las aguas" (Gen. 1: 1-5). A ambos lados, el ángel de las Tinieblas (2) y el de la Luz (4), en relación al primer día de la Creación. El segundo día, Dios creó el firmamento y lo separó de las aguas (9). El tapiz no recoge el tercer día de la Creación, cuando creó la tierra y la vegetación, y se supone que esta ausencia se debe a motivos de espacio y composición. El cuarto día (5) "hizo Dios los dos luceros mayores (…) para apartar la luz de la oscuridad" (Gen. 1: 14-19.) La luna y el sol están respectivamente simbolizados por una mujer y un hombre sobre los cuales encontramos las leyendas "luna" y "sol". Bajo el Pantocrátor, en el quinto día, la creación de los peces y las aves (7): "Bullan las aguas de animales vivientes, y aves revoloteen sobre la tierra frente al firmamento celeste". Es aquí donde probablemente el autor del diseño del tapiz se tomó más libertad en la representación de "los monstruos marinos" de los que habla el Génesis. A la derecha del Pantocrátor (6), se han unido dos episodios del Génesis, uno de los cuales no pertenece al relato de la Creación sino al siguiente (Gen. 1: 1-24), "El Paraíso". En este cuadro vemos a Adán dándole nombre a las diferentes especies en lugar de narrar la creación de unos y otros, pues, en efecto, en el sexto día Dios creó a los animales y al ser humano "a imagen suya", pero Adán les puso nombre más adelante (Gen. 2: 18-24). Y para terminar con los episodios que llenan el círculo central, encontramos otra licencia del autor intelectual del bordado: el nacimiento de Eva de la costilla de Adán (8), que tampoco pertenece al ciclo de la Creación según el Génesis. En esta escena también vemos el árbol que preconiza la caída del Paraíso.
Por último, en la esquina superior izquierda, vemos la representación del río Geón (18), el único de los cuatro ríos del Paraíso que ha sobrevivido al deterioro del tapiz. La creación de estos cuatro ríos también forma parte del Génesis (Gen. 2: 11-14), pero faltan Pisón, el Tigris y el Éufrates. La personificación de los ríos es también de tradición clásica.
Imagen completa del Tapiz de la Creación, Museo de la Catedral de Girona
La forma circular del ciclo central simboliza la ordenación del Cosmos, pues las ruedas cosmológicas eran frecuentes en la Edad Media y las encontramos en los manuscritos del quadrivium de Ripoll y Vic, y también, en la Biblia de Ripoll, de cuya representación del Cosmos bebe este bordado. El tapiz traduce ese espíritu científico religioso del que estaban impregnados los ámbitos monásticos de la zona.
No se sabe dónde estaría emplazado originalmente el tapiz para poder descifrar sus verdaderas intenciones, aunque parece seguro que estaría al alcance de muchos, probablemente en ocasiones especiales. En concreto, pudo estar destinado a decorar el pavimento frente al presbiterio de la catedral de Girona en la festividad de la Pascua, lo que justifica la escena inferior del hallazgo de la Cruz, en un contexto de exaltación de las Cruzadas, a las que Urbano II había llamado en el 1096 para reconquistar los Santos Lugares.
Bibliografía
Palol, P. De, El Tapís de la Creació de la catedral de
Girona, Ed. Proa, Barcelona, 1986
Yarza, J., Arte y arquitectura de España, 500-1250, Ed Cátedra, Madrid, 1981
Publicado en Noviembre 2023 © Ramón Muñoz López